A 50 años de la conquista de River en el Metropolitano, el documental que refleja aquella gesta puede verse en el Museo del Monumental
En 1975 la coyuntura político-social del país conformaba una olla a presión que no tardaría mucho en explotar. Un gobierno peronista que languidecía tras la muerte de su líder, la violencia d...
En 1975 la coyuntura político-social del país conformaba una olla a presión que no tardaría mucho en explotar. Un gobierno peronista que languidecía tras la muerte de su líder, la violencia de los grupos parapoliciales que estaba a la orden del día y el crecimiento en las sombras de la inquietud en las Fuerzas Armadas, que planeaban volver a tomar el poder. En medio de todo eso, el fútbol. Que tenía a uno de los grandes penando desde hacía casi dos décadas. River afrontaba un período maldito que llevaba 18 años de sequía de títulos. Pero todo ello acabaría en ese 1975 y de una manera épica. Con la recta final del torneo Metropolitano entreverado en una huelga de futbolistas profesionales y con los juveniles dando la cara y logrando el ansiado grito de campeón. Se acababa la mufa. De la mano de su prócer, Ángel Labruna, River daba la vuelta olímpica y echaba a los fantasmas.
En estos días en los que se cumplen 50 años de aquella gesta, los tributos y efémerides están a la orden del día en el universo riverplatense. Y una obra en particular vuelve a tener presencia: el documental 1975, la vuelta, un impactante y revelador registro a cargo de Guido Mignona y Lucas Spósito, estrenado hace un lustro en el Bafici, y que desde el lunes 18 de septiembre se proyectará en dos funciones diarias en el Museo de River, donde ya es una pieza de colección. En un país en el que la conservación de imágenes no ha sido una política cultural, este documental rescata documentos valiosísimos de aquella época.
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Además del testimonio de los grandes futbolistas que forjaron aquella campaña, como Norberto Alonso, Ubaldo Fillol, Juan José López, Pedro González, Oscar Mas, entre otros, cuentan sus sensaciones la mayoría de los juveniles que jugaron el partido decisivo en la cancha de Vélez, la última fecha del torneo. Por supuesto, está el testimonio del autor del gol que le dio el campeonato: Rubén Bruno.
Cómo aquellos chicos pasaron de ser héroes a anónimos. Por los caminos por los que los condujo el fútbol a posteriori y por haber quedado asociados un hecho que era mal visto por los profesionales: que hayan jugado durante una huelga.
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River venía de muchísimos años sin títulos, pero ese campeonato fue especial desde el principio. La vuelta de Labruna contagió a la gente, que acompañó desde el principio. En esa época los rivales frecuentemente cambiaban su localía para aprovechar las grandes recaudaciones, y así fue como River jugó varios partidos en Vélez y Racing. El partido del título, con una cancha de Vélez absolutamente repleta para ver jugar a dos equipos de juveniles, es el fiel reflejo de lo que fue el fenómeno River en ese momento.
1975, la vuelta es un documento ineludible para los fanáticos de River, pero también un registro de época para todos los amantes del fútbol. Los tiempos convulsionados, a los que tampoco escapaba el deporte más popular de todos, están claramente reflejados en esta obra que el Museo de River proyectará en dos funciones diarias.