Dos comportamientos de una persona manipuladora que podrían estar presentes en la pareja, según un psicólogo
El psicólogo Fran Sánchez, en su cuenta de TikTok @minddtalk, identificó dos comportamientos de manipulación recurrentes que explican por qué muchas personas se encuentran atrapadas en relacio...
El psicólogo Fran Sánchez, en su cuenta de TikTok @minddtalk, identificó dos comportamientos de manipulación recurrentes que explican por qué muchas personas se encuentran atrapadas en relaciones tóxicas. Estas tácticas, que operan de manera silenciosa, socavan la autoestima de la víctima y capitalizan sus miedos más profundos, lo que crea un ciclo de dependencia que dificulta la ruptura del vínculo.
El primer comportamiento es la “devaluación activa de la imagen personal”, una estrategia que el especialista describió como un patrón constante de descalificación. El manipulador se encarga de etiquetar negativamente a su pareja; para eso emplea frases directas e hirientes. Expresiones como “estás loco o loca”, “sos un desequilibrado o desequilibrada” o “estás enfermo o enferma” son ejemplos de este lenguaje. El propósito es minar la percepción que la víctima tiene de sí misma, llevándola a dudar de su propia cordura y estabilidad mental.
Más allá de los insultos explícitos, el manipulador puede acusar a su pareja de “inventarse situaciones”, incluso cuando la evidencia es abrumadora. En cualquier discusión o desacuerdo, la víctima “nunca va a llevar la razón”, alertó el experto. Este patrón se conoce como gaslighting, una forma de abuso psicológico donde el agresor manipula a la víctima para que cuestione su propia memoria, percepción y juicio. El objetivo final es que la persona manipulada llegue a internalizar la duda y se pregunte: “¿Y si quizás estoy perdiendo la cabeza?”.
El experto subrayó que no se trata de incidentes aislados o desencuentros puntuales, que son parte natural de cualquier relación, sino de un “patrón repetitivo de descalificación” que se aplica de forma continuada. Esta erosión constante de la autoestima conduce a la víctima a “aceptar los mínimos” en la relación y a creer que no merece algo mejor o que sus propias percepciones son defectuosas.
El segundo comportamiento de manipulación se basa en “jugar con el miedo a la incertidumbre”. El especialista destacó que uno de los aspectos más desafiantes de la pareja es precisamente la incógnita sobre el futuro. Este miedo se manifiesta en interrogantes angustiantes como “¿volveré a enamorarme?”, “¿volverán a elegirme?” o “¿volveré a sentir esa conexión tan especial que sentía al principio con esta persona y que pensaba que duraría para siempre?”.
El manipulador explota hábilmente este miedo natural que surge al considerar una separación. Utiliza frases diseñadas para sembrar la duda y la inseguridad sobre el futuro de la víctima sin su presencia. Ejemplos de estas frases incluyen: “¿quién te va a aguantar a ti?”, “nadie te va a querer como yo” o “estás perdiendo a la persona de tu vida”. Estas expresiones no solo intensifican el temor a la soledad y al arrepentimiento, sino que también “vuelven a deteriorar tu autoestima”, lo que crea un vínculo directo con la primera táctica de manipulación advirtió el psicólogo.
En resumen, la combinación del deterioro de la autoestima, que se logra mediante la repetición de atributos y etiquetas negativas, junto con la generación de miedo a la incertidumbre del futuro, son dos conductas de manipulación “muy presentes en relaciones nada saludables”, aseguró Sánchez. Estas tácticas buscan anular la capacidad de la víctima para tomar decisiones autónomas y reconocer su propio valor, mientras perpetúa su permanencia en un vínculo tóxico.