El área que concentra más de 800 volcanes y donde se da la mayor migración de guanacos
El cóndor es el gran emblema andino, pero si hubiera que elegir uno muy argentino, bien podría ser el guanaco. Aunque hay algunos ejemplares en Bolivia, Paraguay y Perú, el 95% de la población ...
El cóndor es el gran emblema andino, pero si hubiera que elegir uno muy argentino, bien podría ser el guanaco. Aunque hay algunos ejemplares en Bolivia, Paraguay y Perú, el 95% de la población de esta especie endémica de Sudamérica habita en la Patagonia, y la gran mayoría en nuestro país, desde la cordillera hasta el Atlántico. Perseguidos y cazados durante los siglos XIX y XX –cuando se estima que el número de animales bajó un 90%–, en las últimas tres décadas la tendencia fue revirtiéndose. Con la merma de la ganadería ovina que implicó la erupción del volcán Hudson en 1991 y la baja del precio internacional de la lana, además del impulso que dio la creación de nuevas áreas protegidas, lo cierto es que el crecimiento en la población de guanacos trajo aparejado, sobre todo en Chubut y Santa Cruz, un discurso que afirmaba que su tasa de reproducción era excesiva y también el reclamo de los productores agropecuarios de una temporada de caza que regule su presencia.
En la Payunia, al sur de Mendoza, donde la ganadería es mayormente de chivos, y con una treintena de productores pequeños, la convivencia entre el ganadero y el guanaco es más amable. Allí, el mayor problema es la amenaza que suponen el puma y el zorro colorado, para lo cual WCS Argentina –una ONG ambientalista que está presente en el país desde 1964– ha desarrollado un programa especial de perros pastores. Sin embargo, las estadísticas históricas también aquí son alarmantes. De los 350.000 guanacos que se estima que había a finales del siglo XIX, quedaron apenas 7.500. La reserva El Payén se creó por decreto en 1982. Tenía 192.000 hectáreas. En 2013 comenzó un ambicioso plan para fortalecer la gestión de la Payunia como la mayor área protegida de la estepa, con un conjunto masivo y ecológicamente funcional de vida silvestre. Para lograrlo, una de las estrategias fue la compra y donación de tierras privadas con cargo al gobierno provincial para ampliar la superficie de tierras públicas dentro de la reserva. Como parte de este plan, en 2019 se añadieron al núcleo 42.000 hectáreas de pastizales que son utilizados por los guanacos en la época estival. En 2024 se concretó la donación de otras 40.000 hectáreas, adonde migran durante la época invernal. Esta importante iniciativa fue posible gracias a la participación de WCS Argentina y la Fundación Vida Silvestre Argentina, la entonces Dirección de Recursos Naturales Renovables de la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial de Mendoza, Greater Good Charities, GreaterGood.com y Wildlife Friendly Enterprise Network.
Así, la ANP (Área Natural Protegida) Payunia alcanzó las 665.000 hectáreas. El próximo paso es que al menos 15.000 hectáreas de esas eleven su categoría a Parque Provincial, la mayor figura de protección posible en el sistema de áreas protegidas mendocinas. Al mismo tiempo, el gobierno provincial impulsa la declaración de la zona como Patrimonio Mundial Natural ante la Unesco.
“En la Payunia se da la mayor migración de guanacos de los sitios de invernada a los de veranada, donde se producen gran parte de los nacimientos. Es, además, una de las últimas migraciones del presente; hoy, son excepcionales los desplazamientos en masa para la mayoría de los grandes herbívoros terrestres”, explica Martín Funes, gerente de Áreas Protegidas Terrestres de WCS Argentina. “Este proceso puede verse interrumpido si los corredores naturales se cortan por la presencia de alambrados, la conversión de ambientes para ganadería, la degradación de hábitats, y la apertura de caminos para la extracción de hidrocarburos que, de paso, facilitan la caza furtiva”, continúa.
WCS Argentina trabaja en la zona desde el año 2005. Recién entonces se supo, gracias a un estudio de telemetría, que los guanacos se trasladan hasta 150 km ida y vuelta. Esa migración permite la regeneración de las pasturas y ayuda a los suelos a almacenar carbono, lo que favorece la integridad del ecosistema. El área pertenece a la ecorregión patagónica –con ambientes áridos y semiáridos de estepa y monte– y se ubica a unos 90 km al sur de Malargüe. Allí se da una de las mayores concentraciones de volcanes del mundo. Hay más de 800, de los cuales sólo nueve están activos. Los más conocidos son el Payún Matrú y el Payún Liso, que rondan los 3.700 metros de altura.
La zona de Pampas Negras, un amplio sector cubierto por lapilli –lava fragmentada en pequeños gránulos–, de intenso color oscuro, es la más visitada por los turistas. Allí sorprende un área llamada Los Colores –donde el negro se combina con vetas de material rojizo– y el Campo de Bombas, cubierto de grandes formaciones circulares, burbujas de roca fundida eyectadas por el volcán que, al enfriarse, adquirieron forma de bola o gota.
Si bien esta imagen de suelos de un negro azabache, salpicado por coirones amarillos y con el telón de fondo de los volcanes, es la postal más conocida de la Payunia, no es el único tipo de paisaje. Los científicos están especialmente interesados en el valle del Zaino, un amplio sector al norte de la ANP que es vital para la reproducción del guanaco.
Además de estos ungulados, la Payunia es habitada por cóndores, choiques, maras, zorros, piches, pumas y otros felinos, como el gato andino. Cerca, en el Paso Pehuenche y alrededores, se da una especie endémica en peligro crítico de extinción: la ranita del Pehuenche (Alsodes pehuenche Cei, 1976). Su distribución conocida es extremadamente reducida, ya que su presencia sólo ha sido detectada dentro de una superficie de 9 km2 que contiene arroyos de montaña a ambos lados de la frontera con Chile. Se sabe muy poco de ella, y todavía se estudia cómo sobrevive a los gélidos inviernos, cuando los arroyos donde habita se congelan. Otro endemismo es la lagartija escorial o de la Payunia (Liolaemus austromendocinus).
Varias empresas de turismo aventura de Malargüe van por el día a la Payunia. Por ahora, la zona de Pampas Negras es la única habilitada para los tours, pero un circuito que incluya el valle del Zaino sería una forma de ampliar el recorrido y de crear conciencia sobre la riqueza de la región.
Para moverse por la Payunia es recomendable hacerlo en un vehículo alto porque el primer tramo de acceso está en mal estado. Además, como el trayecto se hace largo, siempre será mejor una 4x4 para pocos pasajeros (que facilita las paradas intermedias) que un gran camión u otro tipo de transporte adaptado.
Durante muchos años, el único alojamiento en la zona fue el del puesto Kiñe en La Agüita. Ahora Betty y Aldo Sagal ya casi no reciben, pero es posible hacer base en la reserva gracias al nuevo camping agreste Ranquil-Ko, al norte de la seccional La Amarga, a unos 15 km de la reserva, muy cerca de la ruta 181. Tienen una proveeduría, sector de asadores y wifi. Se puede acceder por la ruta 186 con desvío por la ruta La Batra o por la RN 40 con desvío a la altura de la pasarela (ambos señalizados).
DATOS ÚTILESRanquil-Ko T: (2604) 31-7021/ 20-2836. FB: Camping Ranquil-Ko Payunia. Única opción para dormir próxima a la Payunia.Choique Travel Agencia de turismo de aventura para hacer la excursión por el día.Karen Travel Consultar por salidas con ascenso al volcán Payún Matrú o combinadas con la laguna de Llancanelo.WCS Argentina argentina.wcs.org