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El “Señor Tabaco” da un paso al costado y deja el control de la empresa en manos de una ejecutiva

Pablo Otero, también conocido como el “Señor Tabaco”, renunció a la presidencia de la empresa Tabacalera Sarandí, tal cual confirmó a LA NACION la propia compañía. Fuentes de la t...

Pablo Otero, también conocido como el “Señor Tabaco”, renunció a la presidencia de la empresa Tabacalera Sarandí, tal cual confirmó a LA NACION la propia compañía.

Fuentes de la tabacalera indicaron que Otero elevó su renuncia al Directorio de la empresa.

El “Señor Tabaco” se dedicará a otras actividades empresariales, según describieron, y su sucesora en el cargo es Claudia Romero Roura. Según su Linkedin, trabaja en Tabacalera Sarandí desde 2016 y se especializa en recursos humanos y relaciones institucionales.

Pese a este paso al costado en la presidencia de Tabacalera Sarandí, Otero continuará vinculado a ella, ya que sigue siendo accionista.

Fuentes de la empresa explicaron que Otero tenía tomada esta decisión “hace un tiempo”, hasta que finalmente se materializó. De este modo, negaron cualquier conexión entre su renuncia y la denuncia que ARCA interpuso en su contra por presunto lavado de dinero de $33.600 millones a través de ventas simuladas.

Según la presentación judicial encabezada por la División Penal Tributaria del fisco, las ventas de cigarrillos de Tabacalera Sarandí a 23 distribuidoras mayoristas configuraron una supuesta “maniobra de simulación” para ingresar al circuito formal $33.600 millones entre 2021 y 2023. Esta denuncia tomó público conocimiento el 5 de abril pasado.

La acusación plantea que la empresa que presidía Otero le vendió cigarrillos a mayoristas incapaces “operativa, económica y financieramente” para afrontar dichas operaciones pagadas en efectivo. El texto judicial describe a esos $33.600 millones como fondos “incorporados al circuito financiero formal”, dado que los dividendos que los mayoristas recibieron por los productos que adquirieron de Tabacalera Sarandí también fueron abonados en billete y sin identificar a sus clientes, lo cual dificulta la “trazabilidad del dinero” que permitiría reconocer el origen de las transferencias.

Tabacalera Sarandí negó la acusación por presunto lavado de dinero. “No hay nada simulado, sin embargo no podemos controlar fehacientemente lo que sucede en el resto de la cadena de distribución. ARCA comprobó el consumo de materiales y estampillas, la bancarización, y el pago de impuestos. Para nosotros termina ahí la responsabilidad”, esgrimió Otero.

Un comunicado oficial de su compañía habló de una “clara maniobra de persecución política y económica” en su contra que tendría como objetivo desplazarlos del mercado argentino. En la misiva, enfatizaron que “no hay pruebas ni acusaciones directas contra Tabacalera Sarandí”.

La denuncia en su contra resaltó tres puntos para argumentar su posición sobre la posible simulación de la operación. El primero de ellos señala que las distribuidoras mayoristas revendieron los cigarrillos comprados a la empresa del “Señor del Tabaco” a “precios similares” a los que los adquirieron, lo cual arroja poca ganancia.

En segundo lugar, el documento detalló que los distribuidores mayoristas recibieron pagos en efectivo por las ventas que realizaron de los cigarrillos que previamente le habían comprado al “Señor del Tabaco”. Agregaron que no existe identificación de sus clientes. Estos rasgos impiden “establecer la trazabilidad del dinero”. Es decir, quién abonó y de dónde obtuvieron esos fondos.

Y el tercer punto indica que las 23 distribuidoras mayoristas también le abonaron en efectivo a Tabacalera Sarandí, el proveedor y productor de cigarrillos. Realizaron depósitos en cuentas recaudadoras de la empresa de Otero, de acuerdo con la denuncia.

Y, a propósito de la operación supuestamente simulada entre Tabacalera Sarandí y estos mayoristas, los agentes de control de ARCA observaron una “emisión de comprobantes altamente irregular con intervalos de apenas segundos”, algo que catalogaron como “incompatible con una atención presencial genuina”, dada la cantidad de documentos y los volúmenes manejados.

“Es absolutamente ridículo acusarnos de facturas apócrifas, si el impuesto pagado es más del 80% de la facturación. Nosotros fabricamos, vendemos, pagamos el tributo, cobramos y bancarizamos el 100% de nuestra producción”, había dicho Otero cuando la denuncia salió a la luz.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/el-senor-tabaco-da-un-paso-al-costado-y-deja-el-control-de-la-empresa-en-manos-de-una-ejecutiva-nid30052025/

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