Es cubano, su hija de 2 años hace un tratamiento médico en EE.UU. y debió autodeportarse tras un ultimátum del gobierno
Deivy Alemán Oropesa, ciudadano cubano de 40 años, dejó Estados Unidos el pasado 14 de septiembre después de recibir un ultimátum del ...
Deivy Alemán Oropesa, ciudadano cubano de 40 años, dejó Estados Unidos el pasado 14 de septiembre después de recibir un ultimátum del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). La notificación le exigía abandonar el territorio en cuatro días o enfrentarse a la detención y a una deportación inmediata.
Abandona EE.UU. voluntariamente tras recibir una orden de inmigraciónEl migrante cubano había cruzado la frontera de manera irregular hace siete años y mantenía una orden de deportación activa, según lo retomado por Univision. Recientemente, ICE le informó que, si no adquiría un boleto de salida voluntaria, sería trasladado a un centro de detención y posiblemente enviado a un tercer país, como México o alguno de África.
Ante ese panorama, Alemán Oropesa optó por lo que describió como una “salida voluntaria, pero en contra de su voluntad”. La medida le permitió evitar la detención prolongada, aunque significó separarse de su esposa e hija, quienes permanecen en Florida.
“Tengo que hacerlo porque no me queda opción, si no me voy nunca voy a tener un estatus aquí, y así no se puede vivir”, dijo el hombre al medio hispano en EE.UU. un día antes de tomarse el vuelo a Cuba.
La condición médica de su hija en Estados UnidosLa situación migratoria coincidió con un proceso médico complejo para su hija de dos años, Keira, nacida en EE.UU. y sometida a varias cirugías cardíacas desde su nacimiento. La menor nació con una malformación en la válvula tricúspide, lo que la obligó a pasar por dos intervenciones a corazón abierto y una operación adicional.
Los especialistas que la atienden señalaron que la niña necesitará un trasplante de corazón. El seguimiento médico incluye nuevas cirugías que requieren la presencia de sus padres para el acompañamiento constante.
“Está expuesta a otra cirugía que es lo que más me preocupa que yo estoy en Cuba y esté mi esposa sola con la niña”, manifestó Alemán Oropesa. Su esposa, Yisell Sarduy, ciudadana estadounidense, dejó su empleo hace dos años para dedicarse al cuidado de la niña. La familia dependía económicamente del ingreso del padre, quien ahora se encuentra en Cuba sin fecha confirmada de regreso.
“Prácticamente, me veo viviendo en la calle. Porque de qué forma cuido a la niña y tengo dinero para pagar la renta y pagar las cuentas”, cuestionó Sarduy.
La decisión de regresar a Cuba no fue sencilla. Según explicó el migrante cubano, su experiencia previa con la detención en EE.UU., donde estuvo retenido más de un año tras cruzar la frontera, influyó en su elección de evitar nuevamente ese escenario.
La despedida en el aeropuerto y el regreso a CubaEl domingo 14 de septiembre, Alemán Oropesa llegó al Aeropuerto Internacional de Miami acompañado de su esposa y su hija. Allí abordó el vuelo que lo llevó de regreso a La Habana, donde lo esperaban sus padres y un hijo mayor a quienes no veía desde hacía años.
La despedida con su hija de dos años fue descrita por su esposa como un momento difícil, ya que la menor no comprendía la magnitud de la separación. Según relató Sarduy, la niña tiene la costumbre de esperar a su padre en la puerta cada día, y teme el impacto emocional que tendrá su ausencia. “Dios permita que mi esposo pueda regresar con nuestra niña”, publicó en su cuenta de Facebook.
Una vez en Cuba, Alemán Oropesa expresó que la prioridad sigue siendo la salud de su hija y que su esperanza es poder regresar legalmente a EE.UU. a través del proceso migratorio iniciado por su esposa.
“De verdad, que estoy que no sé qué hacer aquí, veo a la niña llorando y llorando, preguntando por mí, le parte el corazón a uno eso”, relató Alemán Oropesa desde Cuba en una entrevista con Telemundo.
Su esposa presentó ante las autoridades la petición familiar I-130, que busca reconocer la relación matrimonial con un ciudadano estadounidense y permitir el reingreso del cónyuge. Sin embargo, el trámite requiere tiempo y no garantiza la permanencia inmediata.
Además, el cubano deberá solicitar un perdón migratorio por haber ingresado de manera irregular al país hace siete años. Este recurso es indispensable para que pueda regularizar su estatus y volver a reunirse con su familia en Florida.
Mientras tanto, la situación económica de su esposa es incierta, ya que no cuenta con ingresos y enfrenta gastos médicos y de vivienda. En sus declaraciones públicas, Sarduy ha pedido apoyo a congresistas y senadores tras señalar que el caso representa una urgencia humanitaria.