Javier Milei, en Roma: “El que viene con agendas propias y no acata la línea del partido es expulsado”
Javier Milei aprovechó el foro que le ofreció en Roma la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, para exponer su “decálogo de acción política” con las máximas que rigen su manera de e...
Javier Milei aprovechó el foro que le ofreció en Roma la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, para exponer su “decálogo de acción política” con las máximas que rigen su manera de ejercer el poder. En ese contexto, el Presidente lanzó: “El que viene con agendas propias y no acata la línea del partido es expulsado”. Es una frase que adquiere especial volumen en estas horas ya que el jefe de Estado optó por romper puentes y confrontar con su vicepresidenta, Victoria Villarruel.
Tras reunirse ayer con Meloni, Milei participó este sábado de la convención de Atreju, el festival que cada año organiza Fratelli d’Italia, el partido de la mandataria italiana, y brindó un discurso ante la juventud conservadora. Allí, reivindicó su estilo de gobierno y apuntó duramente contra quienes pusieron en duda su gestión. Además, envió un contundente mensaje dirigido hacia el interior de las filas libertarias.
“No buscamos diálogos que nos lleven a ninguna parte, ni establecer consensos que solo les sirvan a ellos. Por eso, en nuestro gobierno somos implacables. El que viene con agendas propias y no acata la línea del partido es expulsado”, dijo el Presidente frente a un auditorio integrado por adherentes al partido de gobierno de Italia.
Milei no mencionó a Villarruel pero sus palabras toman especial relevancia en el marco de hostilidad que viene exhibiendo hacia su vice. Hace algunas semanas, el jefe de Estado dijo que ella estaba muy cerca de la “casta” y en las últimas horas la tildó de mentirosa por haber presidido la sesión especial en el Senado que definió la expulsión de Edgardo Kueider alegando que no sabía que él estaba fuera del territorio nacional.
A lo largo de su alocución, el mandatario enumeró una serie de principios innegociables para el Gobierno, entre los que destacó la concepción de libre mercado y la premisa de “el que las hace, las paga” en materia de seguridad. “Contra todos los pronósticos de los analistas y los políticos profesionales, que creían que íbamos a durar tan solo un par de meses y que no estábamos capacitados para gobernar, hoy esa misma gente se sorprende de nuestros logros”, remarcó Milei.
La juventud conservadora italiana celebró allí una reunión global con unos 300 invitados, incluidos líderes internacionales como Milei. A lo largo de la jornada se debatió sobre migración y política internacional. El Presidente viajó a Roma acompañado únicamente por su hermana, la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei.
Milei aprovechó su discurso para exponer su “decálogo de acción política”. “Yo tengo mis propias recetas, que no son políticamente correctas ni tan profesionales, pero no se puede negar que, por ahora, nos han dado resultado”, dijo. Y agregó que ”es mejor decir una verdad incómoda que una mentira confortable” y que “nunca hay que negociar las ideas para atraer un voto”.
“A diferencia de la economía, la política sí es un juego de suma cero. Los espacios de poder que no ocupamos nosotros los ocupa la izquierda. Por eso, debemos ser decididos, prácticos y no dudar acerca de ejercer el poder”, exclamó el Presidente. Es la quinta vez que Milei se encuentra con Meloni, con quien viene exhibiendo una excelente sintonía política.
A continuación, las principales frases de Milei:
“Hace apenas unos días, nuestro gobierno cumplió un año. Contra todos los pronósticos de los analistas y los políticos profesionales, que creían que íbamos a durar tan solo un par de meses y que no estábamos capacitados para gobernar, hoy esa misma gente se sorprende de nuestros logros”.“Como quizás saben, yo soy economista, no político. De hecho, siempre desprecié a los políticos por el daño profundo que le hicieron a mi país”.”Lo curioso es que, el año pasado y a lo largo del último año, todas las fórmulas y recetas de la comunicación política profesional fracasaron. La mayoría de la gente las rechazó en las urnas y eligió algo diferente”.“Yo tengo mis propias recetas, que no son políticamente correctas ni tan profesionales, pero no se puede negar que, por ahora, nos han dado resultado”.”Es mejor decir una verdad incómoda que una mentira confortable. No intentamos ajustar la realidad a un modelo equivocado. Nosotros no queremos subestimar al electorado”.“En nuestro país, la política tradicional no nos trajo más que ruina e instauró un modelo en el cual los políticos, sus amigos y sus clientes ganan a costa de que el resto de los argentinos pierdan. Por eso, escuchar a los políticos en cualquier materia es darle la espalda al ciudadano de bien”.”Nunca hay que negociar las ideas para atraer un voto. Negar tus convicciones para conseguir votos te va a dejar sin convicciones y sin votos. Lo mismo ocurre al conformar alianzas políticas con otros espacios”.“En nuestro gobierno adherimos a una serie de principios innegociables: que el libre mercado produce prosperidad para todos, que el gobierno tiene que ser limitado, que los argentinos saben mejor que un burócrata cómo producir, a quién emplear y con quién comerciar. Y, en materia de seguridad, que ‘el que las hace, las paga’. Defendemos la vida, la libertad y la propiedad privada”.“Nosotros no estamos dispuestos a negociar nuestras ideas, pero todos aquellos que quieran abrazar las ideas de la libertad van a ser siempre bienvenidos”.“A diferencia de la economía, la política sí es un juego de suma cero. Los espacios de poder que no ocupamos nosotros los ocupa la izquierda. Por eso, debemos ser decididos, prácticos y no dudar acerca de ejercer el poder”.“Hay que usar las armas del enemigo. La batalla cultural se rige por las reglas universales y atemporales de la política, a las que ellos han sabido adaptarse bien”.“La única forma de combatir el mal organizado es con el bien organizado. Por creer que los liberales no somos manada, muchos han caído en la trampa de no organizarse. En Argentina, ese error nos costó muy caro: todo un siglo de humillación”.