La pesadilla futbolística de Colón, el campeón que en cuatro años casi desciende a la Primera B
Las últimas imágenes en la cancha son un reflejo de la confusión y el aturdimiento que envolvió la campaña de Colón, de Santa Fe. Los jugadores, cabizbajos y con lágrimas que recorrían las ...
Las últimas imágenes en la cancha son un reflejo de la confusión y el aturdimiento que envolvió la campaña de Colón, de Santa Fe. Los jugadores, cabizbajos y con lágrimas que recorrían las mejillas, levantaron los brazos y unieron las manos pidiendo perdón, un indulto, por lo que resultó una pesadilla. Los hinchas, desorientados, con la mente nublada después una temporada desastrosa, donde la pérdida de la categoría acechó y el temor empujó a protagonizar actos de violencia que perjudicaron al propio club, reaccionaron con desganados aplausos y un coro de silbidos en la despedida. El empate sin goles ante Morón, la derrota de Talleres, de Remedios de Escalada, y la igualdad de Defensores Unidos, de Zárate, fue la combinación de resultados que posibilitó permanecer en la Primera Nacional.
Cuatro años atrás, el Sabalero fue campeón de la Copa de la Liga y en 2019 jugó la final de la Copa Sudamericana ante Independiente del Valle, en Paraguay; el presente lo descubrió ahogado, sin respuestas, con una racha negativa que lo hundió en el pesimismo. Ausente la rebeldía y sin los reflejos para diseñar un escape, otros salvaron las ropas: Talleres, de Remedios de Escalada, y Defensores Unidos, de Zárate, descendieron y salvaron el status de equipo de Segunda División.
Un alivio momentáneo, porque la crisis no desaparecerá y para no repetir los desatinos se necesitará consenso, unión, fortaleza para encarar un proyecto de refundación y no recurrir a los parches que disimulan los agujeros. “Colón necesita una reconstrucción en lo inmediato y tiene que empezar esta misma noche. Hay que sentar bases sólidas y proyectar, más allá de las dificultades institucionales”, dijo el entrenador Ezequiel Medrán, después de sumar el punto que terminó con la incertidumbre.
El caso de Medrán es singular y también otra arista del mal manejo de la situación, y que no descender a la Primera B se trató de una casualidad: el rafaelino es el cuarto director técnico de la campaña, que tuvo a Ariel Pereyra al frente del grupo en las primeras 11 fechas. El Pata sumó 14 puntos, producto de cuatro triunfos y dos empates; las cifras hoy muestran que ninguno de los tres nombres que lo sucedieron logró mejores registros. Andrés Yllana condujo durante ocho juegos –24 puntos– y acumuló siete unidades, tras dos éxitos y una igualdad; Martín Minella dirigió en siete cotejos y de 21 puntos logró seis (dos victorias). Medrán cierra la lista y todavía no ganó: dos empates y tres derrotas.
La tabla general de 36 equipos lo encuentra a Colón en la posición 34, con dos jornadas para terminar la temporada regular. Hace siete fechas que las posibilidades de clasificarse para jugar el torneo Reducido por un segundo ascenso se anularon. Convirtió un gol (1-1 con Chacarita) en los últimos nueve partidos y hace diez juegos que no gana: 4-3 sobre Central Norte (Salta), el 20 de julio pasado.
Los héroes de ayer fueron relegados al extremo de que el arquero Marcos Díaz, que fue separado del grupo por Minella, rescindió el contrato; fue “un pase de facturas”, apuntó el guardavalla. Emanuel Gigliotti tuvo un comienzo de temporada auspicioso, pero perdió la titularidad y con Morón no estuvo en la lista de jugadores concentrados; Miguel Pulguita Rodríguez arrastra una tendinitis rotuliana, ladrones ingresaron a robar a su casa de Santo Tomé y tampoco jugó el domingo…
“Es una locura decir que aseguramos la permanencia de Colón”, señaló Christian Bernardi, que estuvo en los momentos de alegría y ahora, en la debacle. Capitán, referente, el cordobés se desarmó tras el cambio que ordenó el entrenador el domingo y en el banco de los suplentes desahogó la angustia con un mar de llanto.
“A la gente, pedirle disculpas: no estuvimos a la altura. Colón es muy grande y tiene que rearmarse. Entiendo todo, incluso los insultos. ¿Cómo no vamos a entender la calentura de la gente su la campaña fue mala? A los partidos parejos, los perdíamos todos. Ni siquiera podíamos empatar. No tuvimos resultados ni rendimiento. La pasamos mal, sufrimos mucho...”, comentó el volante, de 35 años. “Ahora es terminar y nada más”, definió sobre el futuro.
Los hinchas desaprobaron durante toda la campaña al equipo y protagonizaron el momento de mayor tensión y de violencia en la derrota con Mitre, de Santiago del Estero. El partido se suspendió tras la rotura del alambrado y la lluvia de proyectiles –trozos de baldosas, botellas, palos…– que cayeron al campo de juego; hasta una chapa quedó clavada en el piso.
La AFA ofreció un castigo leve: una multa económica de 300 entradas, mientras que el Ministerio de Seguridad de Santa Fe clausuró la cabecera norte alta y baja del estadio por dos partidos. Con la habilitación completa de la cancha, 16 barrabravas recibieron el derecho de admisión por intentar ingresar sin entradas.
Los hinchas de Colón ROMPIERON EL ALAMBRADO y pbligaron a SUSPENDER el partido tras el 0-1 ante Mitre de Santiago.
Momento picante. 😨🇦🇷pic.twitter.com/J833UUahBm
Una semana atrás se realizó una protesta en el predio 4 de Junio, sobre la colectora de la autopista Rosario-Santa Fe, que terminó con el jugador Kevin Colli herido –recibió dos puntos de sutura en la cabeza–; el choque entre los hinchas y la policía –reprimió con disparos de bala de goma– dejó un saldo de cuatro uniformados lesionados y tres simpatizantes detenidos.
En el fútbol, la mayoría de las veces la cancha expone a la conducción. Colón desanda un camino espinoso, con enredos económicos y financieros que no son exclusivos de la presidencia que lidera Víctor Godano. El delantero Facundo Farías, ahora en Estudiantes, reclamó judicialmente el 15% correspondiente a la transferencia a Inter Miami, en 2023. “Tuve que dejarlo para las inferiores o no me vendían”, expuso ante los medios, a fines de agosto. El jugador, según un comunicado del club, “pretende desconocer el acto de donación…”.
La herencia que recibió el actual presidente fue de una deuda de 335.000.000 de pesos, 3.908.000 dólares y 55 juicios activos, que fueron reducidos a 38. La actual gestión tuvo ingresos por 4.600.000 dólares producto de las ventas de tres jugadores: Eric Meza a Estudiantes, en US$1.500.000, por el 70% del pase; Santiago Pierotti, a Lecce, en US$1.900.000, por el 90% de la ficha y Alan Forneris, a Racing, en US$1.200.000, por el 80%.
El descenso a la Primera Nacional provocó un aluvión de 5000 nuevos socios, aunque el contraste fue la caída en el ingreso por derechos de televisión: Colón percibe 30 millones de pesos mensuales, un monto que no alcanza a cubrir la cuarta parte de los gastos que demanda mantener su predio y la participación de las divisiones inferiores en los torneos que organiza la AFA.
La pesadilla futbolística de la temporada de Colón terminó, aunque restan dos fechas para la finalización del campeonato. La crisis institucional sigue: el oficialismo y sectores de la oposición pactaron para el 30 de noviembre próximo las elecciones. Sin toma de decisiones estratégicas para diseñar el futuro, los 67 días que restan para los comicios serán otro calvario que transitará el Sabalero. Un club que abrazó la gloria y en menos de un lustro se codea con el desprestigio.