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Son gemelas pero una usó bótox por 20 años y la comparación es de no creer

Dos hermanas gemelas decidieron someterse a un estudio científico para ver cómo impacta el uso de bótox en el cuerpo humano: una de ellas se inyectó dos veces por año esta sustancia, mientras ...

Dos hermanas gemelas decidieron someterse a un estudio científico para ver cómo impacta el uso de bótox en el cuerpo humano: una de ellas se inyectó dos veces por año esta sustancia, mientras que la otra no tuvo que aplicarse absolutamente nada. Tras veinte años, los resultados fueron impactantes.

Según informó el medio estadounidense LADbible, las dos mujeres llevaban estilos de vida saludables y no utilizaban retinol para tratar sus arrugas. La hermana que no se aplicaba bótox estaba instalada en Múnich, mientras que su gemela residía en Los Ángeles, una ciudad con un índice de radiación UV más elevado.

El doctor Binder -a cargo de aplicar la sustancia- señaló que el uso prolongado de bótox podría contribuir a prevenir la formación de arrugas, no solo al impedir que el paciente contraiga el músculo tratado, sino también posiblemente mediante cambios en su comportamiento. Conocido médicamente como toxina botulínica, el bótox es un medicamento con receta que también puede utilizarse en procedimientos cosméticos.

El grupo de gemelas fue seguido durante casi dos décadas en un estudio de envejecimiento facial. La llamada “gemela del Botox” recibió inyecciones en la frente y entre las cejas dos o tres veces al año desde que tenía 25 años, mientras que su hermana no se sometió a ese tipo de tratamientos.

Con el paso del tiempo, los investigadores pudieron observar las diferencias en la profundidad de las arrugas y en la elasticidad de la piel, lo que permitió comparar de manera directa los efectos a largo plazo frente al envejecimiento natural.

Pero una diferencia mucho más grande y visible se produjo seis años después, en un seguimiento. La gemela que no recibió bótox tenía una mandíbula notablemente más ancha, así como un rostro más hinchado, aunque se desconoce si esto estaba relacionado con un medicamento recetado.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, las inyecciones de toxina botulínica son ampliamente reconocidas por su capacidad para reducir las arrugas. El uso inicial de estas inyecciones se remonta a varias décadas atrás, cuando se empleaban para tratar ciertos trastornos oculares. Con el tiempo, los profesionales de la salud descubrieron que también podían ser útiles para abordar diversas condiciones médicas, como la migraña crónica o el sudor excesivo.

La toxina botulínica es una sustancia tóxica generada por ciertas bacterias. Es una de las toxinas naturales más potentes y puede causar botulismo, una forma rara pero potencialmente mortal de intoxicación alimentaria. Aunque pueda parecer contradictorio, esta sustancia peligrosa tiene aplicaciones beneficiosas.

Su capacidad para bloquear las señales nerviosas que provocan la contracción muscular es lo que la hace eficaz. Si afecta los músculos responsables de la respiración, puede causar asfixia. Sin embargo, en enfermedades donde los músculos se contraen de manera excesiva o inapropiada, estas inyecciones pueden ayudar a relajarlos y aliviar los síntomas.

Cabe destacar que la investigación concluyó que el tratamiento continuo con bótox puede evitar la aparición de líneas de expresión visibles en estado de reposo, además de disminuir las patas de gallo. El estudio también destacó que el tratamiento fue bien tolerado y que no se registraron efectos adversos durante los 13 años de aplicación regular.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/en-las-redes/son-gemelas-pero-una-uso-botox-por-20-anos-y-la-comparacion-es-de-no-creer-nid02092025/

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